Aprendiendo los Ritmos No Forzados de la Gracia
- Ellen Burany
- 2 oct
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 14 oct

La música sin ritmo es caótica —desconcertante, brusca y difícil de seguir. En muchos sentidos, nuestras vidas pueden sentirse igual: llenas de actividad pero carentes de fluidez, equilibrio o paz. Jesús ofrece un camino diferente.
“Vengan a mí. Escápense conmigo y recuperarán la vida... Caminen conmigo y trabajen conmigo—observen cómo lo hago yo. Aprendan los ritmos no forzados de la gracia…” (MSG)
Los ritmos no son solo horarios o hábitos; también son los patrones por los que vivimos—las prácticas espirituales y cotidianas que silenciosamente moldean nuestras almas y nuestras vidas. Dan estructura a nuestros días y pueden influir en la dirección de nuestro corazón y de nuestra existencia.
Pero así como los ritmos de una canción no son estáticos, las estaciones de nuestra vida también cambian. Las circunstancias y las necesidades relacionales se transforman. Incluso nuestras propias capacidades espirituales, físicas, emocionales y mentales pueden variar en cada temporada. Ciertas prácticas que antes daban vida pueden volverse como ropa que ya no nos queda.
Por eso, es vital pausar periódicamente con Dios y reevaluar qué ritmos son verdaderamente esenciales y nos conducen al tipo de vida a la que Jesús nos está invitando. Que algo haya funcionado en el pasado no significa que nos sirva en el presente. Y que una actividad sea buena o satisfaga una necesidad no significa que sea la invitación de Dios para nosotros en esta temporada.
Una reevaluación orante y con discernimiento también implica mirar más allá de la superficie. Nuestras prácticas pueden crecer desde muchas raíces—sí, las suaves invitaciones de Dios, pero también la presión, el miedo, las expectativas o incluso heridas no sanadas. Sin darnos cuenta, podemos convertirnos en siervos de nuestros ritmos, en lugar de permitir que ellos nos sirvan y den forma a la vida que Dios desea para nosotros.

La buena noticia es que esto no se trata de perfección ni de legalismo. Dios ya nos ama y nos acepta. Nuestras prácticas no ganan Su favor; nos ayudan a vivir desde el gozo de los propósitos que Él tiene para nosotros. Con humildad y dependencia del Espíritu, podemos discernir ritmos que sostengan nuestra alma y alineen nuestra vida con Su gracia—aprendiendo, poco a poco, a caminar con libertad y ligereza.
El próximo mes tendrás la oportunidad de participar en una serie de retiros de dos partes llamada Ritmos de la Gracia(Rhythms of Grace). Este retiro —que se llevará a cabo en inglés— te ofrece la oportunidad de hacer una pausa, respirar y notar junto a Dios qué está moldeando tu vida y tu alma.
Juntos exploraremos cómo nuestras prácticas cotidianas—tanto espirituales como prácticas—pueden darnos vida o drenarla, y cómo podemos discernir los ritmos a los que Dios nos está invitando en esta temporada.
Ellen Burany

Ellen Burany tiene más de 25 años de experiencia en el ministerio y ha dedicado 19 de ellos a liderar, formar y ministrar a líderes cristianos. Tiene una maestría en Formación Espiritual y Cuidado del Alma (Spiritual Formation and Soul Care) de la Escuela de Teología Talbot en la Universidad Biola, y camina junto a otros para ayudarlos a crecer y a echar raíces más profundas en su caminar con Jesús.
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